La denuncia de los crímenes dictatoriales comenzó en los años mismos de gobierno militar. El movimiento de Derechos Humanos constituido dentro y fuera del país fue, en este sentido, el principal impulsor de una estrategia que buscaba hacer públicos los asesinatos y las desapariciones que tenían lugar por entonces en Argentina. Encabezada por los familiares de las víctimas de la represión –quienes configuraron la cara manifiesta del fenómeno–, la denuncia incorporó sin embargo a otros actores, menos visibles. Esta ponencia se propone echar luz sobre uno de ellos: los sobrevivientes de los centros clandestinos de detención. Testigos directos de la represión estatal, colaboraron con sus testimonios a poner en descubierto su funcionamiento, facilitando así la producción de conocimiento en torno a la lógica represiva. Este trabajo focalizará en dos de los circuitos de denuncia en los que participaron los sobrevivientes durante la dictadura: el que se constituyó, con eje en el exterior del país, en torno a la labor de la CADHU y el que cobró forma dentro de las fronteras nacionales a partir de la causa judicial iniciada por los secuestros del Vesubio.