En el presente trabajo nos proponemos analizar las condiciones en que se desarrolla el trabajo docente en un conjunto de escuelas de la ciudad de Buenos Aires conocidas como “Escuelas de Reingreso”, las cuales fueron creadas para atender a jóvenes en edad de asistir al secundario y que no lo estaban haciendo, a fin de evidenciar los elementos que propician el desarrollo de un fuerte compromiso con la labor docente. A partir del análisis de los datos relevados a partir de entrevistas semiestructuradas con docentes, observamos la presencia de una construcción del estudiante como “vulnerable” que exige de ellos una cuota de esfuerzo particular en su escolarización, la cual es posible por medio de cierto “trabajo emocional” que les permite afrontar su trabajo con la paciencia necesaria hasta ver resultados en sus estudiantes. Asimismo, evidenciamos que este compromiso logra renovarse y sostenerse en el tiempo debido a los altos niveles de gratificación que derivan de ver corporizada su labor en la transformación que experimentan los estudiantes. Para finalizar se presentan algunas reflexiones en torno a las implicancias de este tipo de compromiso y el interrogante acerca de las posibilidades de replicar una experiencias así en otras instituciones.