Las políticas sociales desplegadas en la Ciudad de Buenos Aires tienen, actualmente, algunas palabras comunes que las atraviesan: asistencia, recurso, subsidio, beneficio, entre otras. Las mismas tienen lugar en el repertorio cotidiano de los Ministerios de: Desarrollo Social, Salud y Educación. Estas “palabras comunes” pareciesen ser objetivas – incluso inofensivas –, sin embargo, ligadas a ellas, se encuentran representaciones sociales y metodologías que reproducen tipos específicos de ejecución de políticas sociales. En este sentido, el uso de la definición de “beneficios sociales” para las políticas sociales que se despliegan y la consecuente definición de “beneficiarixs” para aquellxs que están inscriptxs en tales políticas, resulta un etiquetamiento que conlleva un amplio escenario de imaginarios sociales, políticos, culturales, económicos, etc. Es en este punto donde radica el interés de indagación, ya que a partir de insertarnos como Trabajadoras Sociales en un Programa de Salud Mental de la Ciudad de Buenos Aires, comenzamos a cuestionar(nos) estas maneras de denominar/categorizar a lxs sujetxs con lxs que intervenimos, qué entramado histórico-político las atraviesan y, además, de qué maneras interpelamos a lxs sujetxs, en su proceso de salud-enfermedad-atención, enmarcándolxs bajo la definición de “beneficiarixs”.