A partir de documentación pública y de circulación interna de la organización, y de entrevistas orales a sus militantes, el trabajo reconstruye la lógica de las prácticas político-militares de las FAR y el modo en que concibió su relación con sectores más amplios de la sociedad entre 1970 y 1971. Evidencia que por entonces la organización funcionó como un “foco” relativamente aislado de la población, en el sentido de que su accionar fundamental se desarrolló de modo paralelo a las diversas formas de lucha del movimiento social más amplio, aún cuando buscaran acompañarlo. Básicamente, se muestra el enorme potencial otorgado a la acción armada como forma de generar conciencia entre las masas. A su vez, analiza el modo en que la relación con sectores más amplios del movimiento de protesta emerge como problema a fines de 1971, a partir de la noción de “articulación” con diversos grupos de activistas, perspectiva que derivaría posteriormente en la militancia de inserción territorial en Unidades Básicas del movimiento peronista. Todo ello a la luz de la encrucijada política que comenzó a delinearse con el lanzamiento del “Gran Acuerdo Nacional” lanzado por Alejandro Agustín Lanusse, que impuso a las organizaciones armadas peronistas uno de sus mayores desafíos: cómo ampliar su base de sustentación para evitar la situación de aislamiento a la que podría conducirlas la nueva coyuntura.