La sumatoria de transformaciones que experimentó el nacionalismo argentino de la década de 1960 no puede entenderse sin tener en consideración el contexto internacional signado por la Guerra Fría. Así, uno de los pilares fundamentales de la ideología nacionalista, su hispanismo, sufrió alteraciones considerables a causa de los vaivenes de la agenda política internacional y de la apertura de sus redes de sociabilidad hacia un plano global. En relación con ello, si para los nacionalistas de la primera mitad del siglo XX Hispanoamérica era una unidad espiritual e histórica que representaba la promesa de la recristianización de Occidente, luego de la Revolución Cubana y el consecuente traslado del escenario principal de la Guerra Fría a la región, el modo de pensar aquella unidad espiritual mutó. En este sentido, la nueva forma de los nacionalistas de considerar el hispanismo tenía más que ver con un proyecto de resguardar los valores occidentales y cristianos de un avance del imperialismo soviético. Ese proyecto fue catalogado como Revolución Nacional y se esperaba que alcanzase a toda la América hispánica. Así, en este trabajo se pretende rastrear la importancia de esta empresa transnacional de “concretar la Revolución Nacional” en el discurso nacionalista, sin dejar de lado sus vínculos ideológicos signados por la Guerra Fría.