Este trabajo se propone analizar el debate a partir del cual los integrantes y colaboradores de la revista Crisis intentaron determinar qué papel debía corresponderle al escritor y a la obra de arte en el proceso revolucionario. Se trata de discusiones que, por supuesto, desbordan la experiencia de la revista, caracterizando a toda la etapa que abre en Latinoamérica la Revolución Cubana (1959) y que finalizó de manera trágica 15 años más tarde tras una sucesión de violentos golpes de Estado en todo el continente. Sin embargo, la elección de Crisis no es azarosa, puesto que sus integrantes cumplieron en gran mayoría la condición de ser excelentes escritores, varios de ellos reconocidos como tales a nivel mundial, y a su vez miembros de organizaciones político militares revolucionarias. Por lo tanto, las páginas de la revista son escenario de duelos argumentales sobre el papel que el intelectual debía desempeñar en dicho proceso y sobre la posibilidad de que el arte en sí mismo fuese una experiencia y una herramienta revolucionaria. Cabe destacar que se trató de discusiones que no alcanzaron una solución definitiva, ya que en torno a ellas chocaron distintas posturas, muchas de ellas opuestas e incluso inconciliables (dependiendo de las orientaciones político-ideológicas, los fines perseguidos, los posicionamientos estéticos y la evolución de los acontecimientos históricos) sobre las cuales también practicaremos aquí un análisis en términos históricos, sociológicos y culturales