Siendo la alimentación una conducta diferenciable a la práctica del comer, es necesario observar el complejo sistema de relaciones socioculturales, de cohesión y de conflictividad que se constituye en torno a esta última. Si nos centramos en los hábitos alimenticios de la población urbana, es imposible dejar de lado el consumo de alimentos en el ámbito laboral, dónde no sólo las personas pasan aproximadamente un tercio de su día, sino donde se configuran relaciones sociales particulares. En este sentido presentamos una aproximación al proyecto de tesis de maestría curso, Comer en la oficina: emociones, comensalidades y prácticas en torno “al comer” de mujeres jóvenes en el ámbito de la administración pública nacional, donde se pretende abordar el consumo alimenticio y las prácticas específicas que se llevan a cabo en las oficinas públicas de ministerios de la Nación Argentina ubicados en la Ciudad de Buenos Aires.