Desde hace más de una década nuestro país ha definido un claro camino de políticas educativas en las que la inclusión de los/las jóvenes a la escuela secundaria ha sido el eje vertebrador de la mayoría de las líneas de acción implementadas. Desde el punto de vista de la normativa, la Ley de Educación 26.206 del año 2006, y el Plan Nacional de Educación Obligatoria y Formación Docente del 2012 son claros ejemplos de la intencionalidad política de poner en marcha una escuela secundaria para todos/as. Esta afirmación supone interpelar los formatos escolares más tradicionales y proponer nuevas alternativas para la efectiva inclusión de jóvenes de trayectorias escolares discontinuas. En el presente trabajo nos proponemos revisar los encuentros y desencuentros de los sentidos que le otorgan a la escolaridad un grupo de jóvenes de trayectoria escolar discontinua y las necesarias dimensiones que los docentes deben consideran a la hora de proyectar su trabajo en dos escuelas secundarias técnicas universitarias de reciente creación y que tienen como marco las políticas mencionadas. Estas escuelas están localizadas en dos barrios del conurbano bonaerense en donde persiste una profunda desigualdad socioeconómica y contemplan en la organización de su régimen académico, un formato escolar que intenta permitir la concreción del derecho a la educación de los/las jóvenes