La provincia de Buenos Aires posee un peso sustancial que, en cuanto a aspectos políticos respecta, se pone en evidencia en la primacía numérica de su electorado y en la gravitación de los aparatos de los partidos mayoritarios (Ferrari, Ricci y Suárez 2013:162). M. M. Ollier (2007:158) argumenta que Buenos Aires constituye una excepcionalidad de la dinámica política nacional puesto que la relación entre nación y provincia adquiere variaciones que pueden dar lugar a diferentes singularidades, sin embargo, siempre se ha tendido a destacar el influyente rol que ha jugado Buenos Aires sobre la política nacional en detrimento de las desventajas que la provincia ha padecido en esa ligazón. Es necesario a su vez, destacar el rol de los liderazgos municipales a partir de la creciente personalización de la política y la presencia de partidos escasamente institucionalizados. A partir de ello, resulta atractivo analizar el entramado político que se conforma entre las dinámicas políticas y los municipios en el territorio bonaerense a partir de la centralidad que adquiere la provincia de Buenos Aires en la política nacional, atendiendo fundamentalmente a la relación que surge entre los liderazgos y los partidos políticos. Este estudio abarca el período comprendido entre el retorno a la democracia en 1983 y las elecciones de 2013, en el Conurbano Bonaerense.