El escrito presenta los primeros resultados de una investigación en curso que estudia los nuevos dispositivos de formación profesional y terminalidad de la secundaria para jóvenes, como una estrategia para reducir la brecha existente en la desigualdad social. En estos comienzos del siglo XXI se ha instalado una frontera imaginaria creada por la inestabilidad e incertidumbre, que nos separa de un siglo XX donde las condiciones de vida se caracterizaron por ser estables y a largo plazo en lo que respecta al mundo del trabajo y la educación. Las transformaciones de los últimos tiempos a nivel económico y social modificaron la inserción de los jóvenes al mercado de trabajo, cada vez más complicada y limitada para la gran mayoría. La finalización de la escuela media se concreta en el marco de altísimos niveles de incertidumbre frente a la posibilidad concreta de quedar por fuera de los espacios sociales. Lo que está en juego en definitiva es la inclusión social de las futuras generaciones. Se ha seleccionado un dispositivo: el Plan de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios II-cooperativas, que se propone promover la inserción social y laboral de jóvenes, frente a los procesos de individualización y de debilitamiento institucional.