La gran importancia de la actividad agropecuaria en la economía del país es bien conocida por todos. Sin embargo, su prominencia esconde el proceso productivo a la que ésta está sujeta, y, con ello, a los sujetos que la producen. Históricamente, los derechos y las obligaciones de los trabajadores del agro argentino, en general, no están encuadrados legalmente bajo la Ley de Contrato de Trabajo, sino dentro de un régimen diferenciado del Derecho Laboral, sea el Estatuto del Peón, el Régimen de Trabajo Agrario de 1980 o el Nuevo Régimen de Trabajo Agrario. Esta diferenciación histórica en jurisprudencia ha generado una segmentación general del mercado de trabajo, separando a los agrarios del resto de los trabajadores. A su vez, los regímenes permitieron diferentes segmentaciones al interior del propio mercado de trabajo agrario. Las pocas modificaciones que han existido al régimen laboral agrario tuvieron una fuerte relación con los procesos políticos de la historia argentina. Con la sanción de la Ley Nº 26.726 de Nuevo Régimen de Trabajo Agrario en diciembre del 2011 durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el tema ha recobrado interés en la opinión pública. La ponencia tiene como objetivo analizar las continuidades y los cambios producidos en la legislación pertinente a los trabajadores rurales desde una óptica histórica intentando contextualizar las modificaciones, y, a la vez, comparar analíticamente las diferencias entre los regímenes, y estos con la L.C.T., buscando observar las segmentaciones internas producidas, como los avances y retrocesos de los derechos y obligaciones de la partes en cuestión.