Entre 1983 y 2003, la modernización normativa impulsada en el área de la defensa en Argentina produjo una transformación cualitativa en la dinámica de las relaciones civiles-militares. A lo largo de estas dos décadas se erigió un nuevo “consenso básico” en la jurisdicción, que restableció el principio de supremacía civil sobre las Fuerzas Armadas y distinguió taxativamente entre la defensa nacional y la seguridad interior. Sin embargo, en lo que refiere específicamente a la dimensión estratégica de la política de defensa, los alcances de este consenso fueron limitados. Si bien las sucesivas gestiones democráticas manifestaron su voluntad de “reformar” o “reestructurar” integralmente las instituciones militares, las medidas adoptadas al respecto fueron débiles y fragmentarias, y contaron con un vacilante respaldo político. En este trabajo, se presentan algunas reflexiones sobre los motivos que dificultaron la implementación efectiva de las iniciativas dirigidas a modernizar y/o reestructurar el diseño de las Fuerzas Armadas en Argentina en la segunda mitad de los ‘90. Nuestro análisis se focalizará en las debilidades del gobierno político de la jurisdicción; en particular, en las ambigüedades relativas a la definición de los aspectos estratégicos de la política de defensa nacional.