La colonización cultural de los pueblos latinoamericanos significó el intento por implantar una matriz de pensamiento a partir de la cual ciertas identidades son pensadas en clave de barbarie y de amenaza, en contraposición a las de civilización y progreso. En este sentido, el presente trabajo pretende tomar dicha matriz – centrándonos particularmente en el pensamiento sarmientino de “Civilización y Barbarie”- para el análisis de la producción audiovisual del terror en la Argentina del siglo XX. Específicamente abordaremos las distintas “monstruosidades” dentro de dicho género cinematográfico, en clave de barbarie, como categoría de análisis para entender la construcción histórica de nuestra identidad. En este sentido, los monstruos no serán tomados como meros personajes aislados sino como elementos que no pueden entenderse por fuera su contexto histórico, cultural y político. Cuando hablamos de monstruo nunca hablamos de un solo personaje ya que la categoría monstruo implica una relación entre el asustador y el asustado. Este carácter relacional, entre asustadores y asustados, varía según el escenario histórico en el cual se desarrolle. De este modo, las transformaciones en la significación de la monstruosidad serán observadas a la luz de los cambios de nuestras tradiciones e identidades políticas. Para llevar a cabo este trabajo, realizaremos un recorrido histórico a lo largo del siglo XX analizando las siguientes producciones: “El hombre bestia” (1934); “Una luz en la ventana” (1942); “El extraño caso del hombre y la bestia” (1951) y “El hombre que volvió de la muerte” (1969)