Este trabajo tiene como objetivo principal rastrear críticamente el concepto de “sobreexplotación” y la forma de concebir a la fuerza de trabajo en los países periféricos, según la teoría de la dependencia. En primer lugar, se realiza una breve introducción a esta teoría, ubicándola en el contexto histórico de su surgimiento y en el marco del marxismo latinoamericano. Se señala que el dependentismo se desarrolla como una de las críticas al marxismo dogmático propio de la posguerra, enfrentándose a las miradas eurocéntricas difundidas por el stalinismo. Luego, se expone la caracterización del capitalismo periférico que hicieron los autores marxistas de la dependencia, haciendo principal hincapié en el concepto de sobreexplotación, como característica principal de la fuerza de trabajo en las economías atrasadas. Según esta visión, la acumulación de capital en estos países no se basa en el desarrollo de las fuerzas productivas a partir de la producción de plusvalía relativa, debido a su particular inserción en el mercado mundial. Por ello, el capital toma como estrategia de acumulación la producción de plusvalía absoluta, es decir que somete a la clase trabajadora a peores condiciones laborales, jornadas de trabajo más extensas e intensas, pero sin desarrollar tecnológicamente la producción, en comparación con los países industriales. El concepto de sobreexplotación tuvo críticas y también sufrió reactualizaciones, a la luz de los cambios operados en el mundo del trabajo las últimas décadas del Siglo XX. Por último, se analizan algunas características de la fuerza de trabajo en Argentina, con el propósito de explicar cómo evolucionan las condiciones de explotación en países periféricos o dependientes, vinculándolas con el recorrido realizado a partir de la crítica del concepto de sobreexplotación. Al finalizar, se esbozan algunas conclusiones sobre cómo pensar la explotación del trabajo en América Latina y el Tercer Mundo.