En 2010, en el marco de los festejos del “bicentenario de la patria”, la sociedad argentina fue testigo de una multitudinaria marcha de los pueblos originarios por la ciudad capital del país. La sorpresa que en muchos pudo haber causado se explica en parte por una histórica política de invisibilización de los pueblos indígenas. Se comprende mejor en cambio si se reflexiona en el reconocimiento de la “ preexistencia étnica y cultural” de los pueblos originarios realizado a instancias de la Reforma Constitucional de 1994. Sin embargo, ninguno de estos dos grandes hitos de la historia reciente argentina se entiende si no se estudia un proceso de largo plazo en el que los pueblos indígenas han ido configurándose como sujetos políticos y que ha cobrado especial vigor durante las últimas tres décadas democráticas en el país. En el presente trabajo ensayaremos una lectura breve y general de los procesos de construcción de los pueblos originarios como sujetos políticos desde 1983 a la actualidad. En tal proceso han sido clave sin duda los procesos de construcción de lo indígena como sujeto jurídico. Es por ello que se vuelve conveniente prestar atención a esos procesos, aunque debe tenerse cuidado de no reducir la idea de ciudadanía a una codificación jurídica. Más aún si recordamos que el reconocimiento de derechos indígenas de los últimos tiempos coincidió, en el contexto de la hegemonía neoliberal mundial, con un marco de cercenamiento de hecho de los derechos sociales.