Lo que pretendemos pensar aquí es la mirada de Ezequiel Martínez Estrada acerca de la situación latinoamericana de los primeros años sesenta. Recortando de su vasta producción sus últimos textos, fervientes pensamientos sobre las posibilidades de emancipación continental. De aquí surge, eso suponemos, una hipótesis novedosa que renueva la clásica dicotomía sarmientina entre civilización y barbarie. En los años 50, a la vez que M.E. escribía un texto grandioso, amorfo y letal sobre lo que es la denotación de un proceso político como fue “¿Qué es esto?”, desde el sustrato positivista el fundador de la carrera de Sociología, el italiano Gino Germani, afirmaba que “nada de dato sociológico” había en este autor. Arbitrariedades de la historia. Si el desplazamiento del autor de Radiografía de la Pampa se desarrolla desde la poesía lírica a la reivindicación explícita de la revolución cubana, nuestra apreciación sobre su contribución, sobre sus diatribas en torno a lo latinoamericano, provienen de su última etapa, aquella que coincide con un largo exilio en Bahía Blanca sazonado por viajes a Méjico y Cuba. Estamos pensando y ensayando en función de dos textos claves: su voluminoso, “Diferencias y semejanzas entre los países de América Latina”.y “Mi experiencia cubana”. Recomponer la lengua desmesurada de este pensador argentino pretende integrarlo al debate vital sobre el mundo crítico latinoamericano y sumarlo a las querellas múltiples sobre las figuras que pretenden pensar la especificidad de nuestro continente.