La dictadura de 1976 proclamó como objetivos terminar con el desorden, erradicar los vicios y transformar las bases de la sociedad argentina, objetivos estructurales que se reflejaron en el nombre que se dio a sí misma: “Proceso de Reorganización Nacional”. Para lograr la “refundación del país” la dictadura sumó a la censura y prohibición de las actividades políticas, sociales y culturales, dos frentes de batalla: por un lado, la “guerra contra la subversión”, visible en la represión y el accionar de los centros clandestinos de detención, mediante la que persiguió, encarceló, desapareció y asesinó a militantes y luchadores sociales; y por el otro, la implementación de una “acción psicológica” que buscó incidir en el comportamiento y la opinión pública de la sociedad para profundizar en un consenso social que eliminara la amenaza de alteración del statu quo. A los fines de esta presentación nos focalizaremos en este último aspecto para puntualizar las normativas a través de las cuales las FFAA regularon esta actividad, conformando un frente de colaboración con diversos actores civiles y militares que a través de diversas formas de propaganda oficial pero también comercial, institucional o de bien público se orientaron a apuntalar este mecanismo como estrategia de control social.