La única experiencia de guerra de las fuerzas armadas argentinas con otro país en el Siglo XX, fue en el año 1982 durante la denominada Guerra de Malvinas. Después de la derrota y tras el advenimiento de la democracia en 1983, las Fuerzas Armadas se sometieron a un proceso de revisión de sus propios procedimientos en un contexto de un creciente desprestigio en la sociedad argentina, signado por aquella derrota y la participación de los militares en el terrorismo de Estado durante la década de los ’70. En este trabajo nos proponemos revisar la forma en que las fuerzas armadas sostienen la cohesión, la moral y el liderazgo (asociados habitualmente a lograr la eficacia en combate) en tiempos de paz y en un contexto social que ha objetado su legitimidad en las últimas décadas desde distintos puntos de vista. Nuestra hipótesis es que la institución ha realizado dos movimientos. Uno de ellos fue el repliegue sobre si misma en el cual la moral, la cohesión y el liderazgo se centraron en el sustento de la propia institución y sus integrantes. Esto tuvo como consecuencia la pérdida de la vinculación de estos ejes con la naturaleza de la guerra y los objetivos del combate. Otro, fue un intento por lograr legitimidad ante la sociedad a través de la integración de la formación de los oficiales a la educación superior universitaria. Ambos movimientos produjeron tensiones y contradicciones que serán analizados en la formación básica de oficiales, especialmente la socialización propia del Colegio Militar de la Nación, la Escuela Naval y la Escuela de Aviación.