El cine es un objeto de estudio primordial para el feminismo, no sólo porque el acercamiento a estas representaciones nos permite echar luz sobre los diferentes procesos ideológicos que están juego en ellas, sino también porque, en ese acercamiento, se abre la posibilidad de actuar sobre las mismas a través de -por ejemplo- una des-estética feminista (de Lauretis, 2007) o contracine (Johnston, 1976). Desde los inicios de esta relación en los setenta, el feminismo se ha preguntado -en forma general- lo siguiente: ¿cuál es la relación entre las imágenes en el cine y el contexto de su producción? No obstante, esta pregunta puede tener múltiples abordajes, y es por ese motivo que el conocimiento producido dentro de este campo de estudio ha sufrido importantes debates en torno a su metodología, a sus objetivos, a sus intereses. En este sentido, nuestro trabajo se propone transitar por la relación entre el cine y la teoría feminista. Para ello comenzaremos haciendo una breve introducción a los debates centrales dentro de este campo de estudio, rastreando los principales aportes que se han realizado en estos últimos años respecto al modelo de representación cinematográfico y su relación con la construcción de los sujetos. Por último, nos adentraremos en los interrogantes abiertos en la década del noventa por el giro performativo, intentando, de esta manera, abrir un espacio de reflexión sobre el cine y su relación con la configuración del imaginario socio-sexual.