Los análisis funcionalistas y de la lógica del capital, fundan la explicación de la crisis política argentina del 2001 únicamente en una disfuncionalidad del tipo de acumulación, dejando de lado las relaciones de fuerzas entre las clases y por lo tanto la dimensión propiamente política de la crisis. En esta interpretación, las formas del Estado son derivadas del patrón de acumulación y las clases populares son externas a la nueva configuración estatal. Sin embargo, las formas del Estado son expresión dinámica e institucional de las relaciones de fuerza sociales y políticas y comprender las tendencias contradictorias entre la función de la reproducción social capitalista como mediador de la economía mundial con las formas a las que se ve impelido el Estado capitalista para lograrlo. La nueva relación de fuerzas nacida de la resistencia popular al neoliberalismo y de la división de fracciones internas del capital, alumbró un cambio en el Tipo de acumulación, de uno típicamente neoliberal a otro neo-desarrollista, y a nuevas formas de Estado que se expresan a nivel ideológico, se inscribe en nuevas instituciones y relaciones sociales bajo la forma de un Estado al que llamamos de compromiso débil, con elementos de continuidad y discontinuidad con el esquema neoliberal. Los fundamentos de una estrategia de cambio social deben ser reactualizados y pensados en el marco de las condiciones regionales de la lucha de clases y de las mutaciones en las formas de Estado en algunos países de América latina.