El aborto es frecuentemente tratado como un asunto de mujeres, tanto en la práctica social, como en la investigación; son las que se embarazan y abortan, es entre mujeres que circulan experiencias, y son muchas las mujeres que acompañan a otras mujeres. En esta ponencia, en cambio, se presentan resultados acerca de la experiencia de aborto desde las perspectivas de los varones en la región del Gran Buenos Aires.[1] Estos resultados dan cuenta de diferentes modalidades masculinas de estar y participar en el proceso de toma de decisión. A partir de un enfoque relacional, el análisis explora las decisiones y sus prácticas asociadas como procesos e interacciones entre actores en situaciones particulares. Esta ponencia está enmarcada en un proyecto de investigación regional sobre heterosexualidades, anticoncepción y aborto, en tres ciudades latinoamericanas: Bogotá, Buenos Aires y Río de Janeiro.[2] Desde una perspectiva socio antropológica, se realizaron en cada una de las ciudades entrevistas a mujeres y varones de diferentes generaciones y estratos sociales con el objetivo de comprender la articulación de las prácticas sexuales heterosexuales y los derechos sexuales y reproductivos, asumiendo una perspectiva de género relacional y social. En esa articulación, la anticoncepción y el aborto voluntario se inscriben en lógicas atravesadas por inequidades sociales y relaciones de género a nivel de parejas, familias, instituciones sanitarias, y Estado. El foco que iluminó tal articulación fue la relación de las trayectorias afectivas y sexuales, anticonceptivas, culturales y sociales, de varones y mujeres de diferentes edades, con las representaciones sociales, las percepciones y las opiniones sobre aborto, el proceso de decisión, y los circuitos recorridos hasta su concreción. En lo relativo a la metodología, se realizó un estudio cualitativo, cuya técnica de relevamiento fue la entrevista semi-estructurada. En el caso argentino, la muestra -no probabilística por cuotas- se conformó con sesenta casos. Las variables para el armado de las cuotas fueron: edad, sexo, nivel socioeconómico, zona de residencia y experiencia de aborto. Para la selección de los entrevistados se siguieron dos criterios: en primer lugar, haber pasado por una experiencia de aborto; y en segundo lugar, se aplicaron los siguientes criterios a las cuotas: grupos de edad (18-27, 40-49), sexo (varones y mujeres), nivel socioeconómico (estrato medio bajo y bajo, estrato medio alto), y zona de residencia. Las entrevistas fueron grabadas y transcriptas; luego, la información relevada fue codificada y sistematizada.