En el marco del conjunto de reformas orientadas a la flexibilización laboral, aplicadas en la Argentina de los años 90, se crea en nuestro país el sistema de pasantías universitarias. Las pasantías eran presentadas como prácticas formativas que no implicaban una relación laboral entre el pasante y el empleador. Esta situación eximía a los pasantes de beneficios sociales como obra social, aportes jubilatorios, vacaciones, aguinaldo y representación sindical. Su pago, concebido como “asignación estímulo”, era optativo y la duración del contrato tenía, en un principio, un plazo máximo de 4 años. Estas condiciones favorecían que la pasantía fuera utilizada para cubrir un puesto laboral a un costo salarial y legal mucho menor. Los pasantes realizaban la misma actividad que otros trabajadores contratados, sin los mismos beneficios sociales ni económicos. Durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, en el año 2008, se aplicó una nueva ley de regulación de las pasantías universitarias, que buscaba mejorar sus condiciones ocupacionales, brindando obra social, vacaciones y una asignación estímulo mínima obligatoria. A pesar de esto, la pasantía sigue siendo considerada como una “relación no laboral”. El objetivo de esta ponencia será analizar las representaciones de los pasantes en relación a su práctica, buscando respondernos hasta qué punto consideran a la pasantía como un trabajo y a ellos mismos como trabajadores. Estableciendo un análisis comparativo entre sus representaciones y el discurso legal sostenido desde el marco regulatorio del sistema de pasantías universitarias.