Atención

Búsqueda avanzada
Buscar en:   Desde:
Movimiento social: movilizador de resistencia y empoderamiento de las mujeres rurales en el Departamento del Atlántico, Colombia
Ligia Esther Cantillo Barrios.
XXXI Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología. Asociación Latinoamericana de Sociología, Montevideo, 2017.
Resumen
Las mujeres trasgredieron la impronta cultural patriarcal y judeocristiana que las excluye y margina. Por sus derechos han realizado acciones colectivas de organización y movilización social. Las rurales sufren doble discriminación por su sexo y origen, así, en el departamento del Atlántico han gestado un movimiento social, como resistencia para mejorar las condiciones de vida, empoderándose personal y colectivamente. El objetivo de esta ponencia, es señalar la importancia del movimiento social de mujeres rurales como factor de resistencia y empoderamiento. La misma surge de la investigación que realiza la autora: “Historia del movimiento social de mujeres rurales en el departamento del Atlántico”, la metodología es cualicuantitativa con enfoque etnográfico y técnicas que se utilizan son, encuestas y entrevistas. Los avances señalan que las mujeres rurales participan en diferentes organizaciones sociales (mixtas/mujeres). Se organizan entorno a necesidades familiares y comunitarias, logrando interlocución, reconocimiento estatal y social como sujetas de derecho, gestoras sociales y empoderamiento. Posicionaron el tema en las agendas públicas y privadas para su intervención social. Construyeron un movimiento social para la movilización, articulación, alianzas y experticias buscando justicia social y la equidad de género. Reconocen la inseguridad social producto del conflicto armado y su papel como conservadoras de la biodiversidad. Jelin (1987) afirma que la toma de conciencia del movimiento de mujeres, tiene doble lectura: Primero, reconocer su presencia en las luchas colectivas, que algunas veces se han independizado y han constituido movimientos propios de mujeres y segundo, afirmar la nueva realidad de su mayor presencia en lo público y con una creciente identidad de género. Con “la lucha colectiva” e “identidad de género” han generado resistencia no solo como derecho por la supervivencia, también, han elevado la calidad de vida y enfrentar los distintos tipos de violencia. Para Locke la resistencia tiene fines desde la comunidad política y las acciones producidas por pueblos y comunidades para mantener las condiciones básicas de sus culturas. López (2004) señala que la vida resiste en las orillas, y es el espacio, donde las mujeres se refuerzan sobre sí mismas, poniéndose a prueba, trasformando y gestando alternativas de salida, no solo como una fuerza ejercida contra otros, también para regenerar y transmutar la ética del cuidado; así, sus acciones se traducen en resistencia y creatividad. El empoderamiento es un proceso de largo alcance, Longwe y Clarke (1997) indican que permite obtener y mantener mayor acceso a recursos y bienestar y que requiere el involucramiento de los grupos objetivo para reconocer y superar sus propios problemas y que identificar las desigualdades entre hombres y mujeres es la clave para la trasformación. En conclusión, con la organización, las mujeres trascienden de las necesidades prácticas a las estratégicas y transforman las mentalidades estructurales de hombres y mujeres es una necesidad para la justicia social con equidad de género.
Texto completo
Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Para ver una copia de esta licencia, visite https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/deed.es.