Los productores de alimentos, que basan su estructura productiva en mano de obra familiar, se enfrentan –entre otras dificultades- al desafío de vender sus productos a precios que permitan no sólo continuar con la actividad agropecuaria, sino invertir y mejorar su nivel de vida. Una alternativa comercial que podría mejorar el nivel de vida de los productores de escasa escala productiva es la Compra Pública. Las políticas de Compra Pública tienen como objetivo principal alcanzar mayor equidad e inclusión social y económica. Para ello, se requiere voluntad política e interés por parte de los agricultores para conformar una red que abastezca en tiempo y forma a una institución pública. En la Argentina las políticas de Compra Pública para la Agricultura Familiar sólo se muestran como expresión de deseo en las leyes, existiendo algunos casos aislados que muestran un interés compartido desde los sectores públicos y privados para generar canales comerciales más incluyentes y equitativos. Por eso, este trabajo analiza la gestación de dos experiencias de compra pública entre instituciones públicas y organizaciones de productores. En la ciudad de La Plata (Buenos Aires), la Universidad ha decidido, en diciembre de 2016, comprar en forma directa productos de la horticultura familiar para abastecer sus cuatro sedes de comedores estudiantiles. El objetivo de este proyecto se relaciona con la soberanía alimentaria y el comercio justo, apostando a un hábito alimentario más sano para la comunidad estudiantil y una relación directa con el productor. En 2012, se genera una red interinstitucional entre el Municipio de la ciudad de Bariloche (Neuquén), y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, la Cooperativa Amulein-Com, y los funcionarios de Ley Ovina para vender en el Mercado Comunitario lechones, chivitos y corderos producidos por ganaderos familiares. El análisis del proceso de gestión de estas experiencias nos permite vislumbrar la importancia de generar espacios de intercambio entre diferentes sectores de la sociedad para desarrollar soberanía alimentaria local, revalorizando el trabajo de los agricultores y redescubriendo el hábito de alimentación sana.