Esta investigación se centra en el papel del fotodocumentalista durante los procesos de imposición del Estado autoritario en América Latiana en las últimas décadas, tomando como caso de estudio específico el de México durante la llamada “guerra contra el narcotráfico”. Lo que me interesa resaltar es el hecho de ser las fuerzas armadas quienes se convierten en garantes de la gobernabilidad conservadora y que por lo tanto el proyecto de desarrollo capitalista en su forma actual es posible vía la represión de los opositores, la instauración del miedo en la ciudadanía y la violencia organizada desde el Estado. Una de las repercusiones más graves de esta situación es la destrucción del tejido social y la pérdida o dificultad para la construcción de una memoria colectiva que posibilite la gestación de utopías emancipatorias, en gran medida por el ocultamiento o invisibilización de lo que realmente sucede. Y es en este contexto que el fotógrafo, al documentar cotidianamente los difestentes aspectos de la realidad social en que se encuentra inserto se convierte, podríamos decir, en los ojos de la sociedad, ya que las fotografías nos involucran con la realidad más allá de nosotros mismos y a pesar del miedo nos cuentan lo que pasa, directamente, sin intermediarios, contradicen lo que las élites político-militares quieren mostrarnos. Y así, el trabajo del fotógrafo comprometido puede ir resarciendo la memoria perdida, construyendo la futura y fracturando la dominación.