La ponencia anticipa una investigación mayor que gira en torno a la hipótesis de la alta incidencia de Adolfo Pedro Carranza en la construcción de la imagen de la historia argentina del siglo XIX. Adolfo Pedro Carranza, a su paso por Santiago del Estero acompañando a su padre a los doce años, en una pequeña libreta de viaje, bosquejaba los perfiles de los hermanos Taboada. No es extraño entonces encontrar en su adultez, como Director del Museo Histórico Nacional, aunque no en forma excluyente, una preocupación y una ocupación en él dirigida en forma obsesiva y rigurosa a establecer la imagen de los hombres, las mujeres y los hechos del pasado argentino. En su labor tesaurizadora se incluyen objetos de la más diversa índole: armas, uniformes, muebles, carruajes, abanicos. Pero también bocetos, dibujos, grabados, daguerrotipos y profusión de escritos, todos dirigidos a establecer el “rostro” del pasado argentino. En ellos aparecen los protagonistas de la Historia Argentina del siglo XIX. Las entrevistas y cartas de consulta dirigidas a los familiares de éstos a fin de establecer detalles sobre sus rasgos y su físico, sin dejar de lado una notoria atención a aspectos de la personalidad reflejados en las expresiones de los rostros, muestran una preocupación en ajustarse al modelo, de quien, en la gran mayoría de los casos no existía registro fotográfico. Cotejaba esa información con otra de variados orígenes, para luego dar minuciosas indicaciones a los pintores y escultores a quienes se encomendaban pinturas y esculturas. En algunos casos como director del Museo, en otras como miembro de Comisiones ad hoc. Sus indicaciones eran seguidas con respeto y sin objeción por parte de famosos artistas de su tiempo argentinos, americanos y europeos. El rigor con el que juzga los bocetos, a los que hace realizar numerosos ajustes, e incluso la opinión sobre las obras ya concluidas en atención a sus informaciones recabadas de cómo debió haber sido el personaje, son cuestiones a destacar. De igual modo ocurre con sus indicaciones sobre las escenas de hechos históricos. En este caso se reitera el esquema: relevamiento de información de testigos o fuentes de primera mano, y en el caso de hechos más lejanos en el tiempo confrontación de relatos y de diferentes vertientes sobre el tema. Es así como a la hora de dar las indicaciones para la representación artísticas de las escenas no escatima en detalles e incluso en aportar objetos para ajustarse aún más a al hecho y contexto representado. La intervención de Adolfo Pedro Carranza en aspectos iconográficos es amplia. Por efecto o por defecto ya que en desacuerdo con algunas propuesta se retiró de las comisiones promotoras de las obras. Muchas veces vetó bocetos; casi siempre introdujo propuestas y modificaciones. Esa profusión alcanzó su cenit