El trabajo propone imbricar los estudios de la cultura visual, la historia cultural y las perspectivas de género. Los recientes estudios de la Cultura visual conforman prácticas culturales que los historiadores destinan para repensar interrogantes y definir argumentaciones que posibilitan la producción de nuevos conocimientos. Advierten que si antes la atención se daba a la representación, ahora, se analiza su capacidad de presentación, es decir, que la experiencia de la obra es la que guía su interpretación porque la obra tiene un principio activo que es capaz de generar su propia significación. Así, se añade una dimensión relativizadora mediante la identificación y la especificación de la posición subjetiva del productor y del receptor de las imágenes. De esta manera, se concibe que las imágenes han contribuido y contribuyen a traslucir el entono social y cultural en el cual circulan, con la capacidad de asistir al nivel de los significados/ relaciones significantes, de un modo más inclusivo al que podrían hacerlo sólo los textos. Se propone trabajar con distintos soportes visuales como revistas ilustradas, folletos y afiches, con el fin de descubrir las diferentes opciones de representar a los actores, sus contrastes y analogías. En particular, se enfoca en las imágenes que tienen como escenario la zona de costa de océano y las prácticas sociales de playa. El objetivo es analizar las convenciones y tensiones que tramitar los imaginarios de feminidad y masculinidad en un tiempo de fuertes modificaciones genéricas, las primeras décadas del siglo XX. Se entiende que mientras en algunos casos se busca reproducir las diferencias de los cuerpos de mujeres y varones, en otros, se asiste a la búsqueda de un modelo de compatibilidad genérica, que repercute en la idea de un “cuerpo social”, porque se adhieren a nuevos valores otorgados al cuerpo deseable. Los destinos de mujeres y varones modernos se contrastaban y el montaje de su imagen podía interpretar las ambigüedades de manera acabada. Los casos puntuales parten de analizar las prácticas ejercidas en la zona costera argentina y se articulan con referentes europeos y norteamericanos. Esto permite, de manera dialéctica, dar explicaciones a una afición cultural extendida a nivel mundial.