La génesis y el despliegue de movimientos disidentes en Europa Occidental durante los siglos XIV y XV han suscitado el interés de numerosos investigadores de las más variadas corrientes historiográficas. Las reacciones sociales que conllevaron a éstos movimientos fueron abordadas desde divergentes perspectivas teóricas, entre ellas el funcionalismo, el marxismo e incluso las teorías de la acción colectiva y los nuevos movimientos sociales. Retornar a estos estudios para abordar las diversas teorías y metodologías aplicadas en ellos a fin de realizar un balance historiográfico, permitirá trazar nuevos horizontes fértiles para explorar en el terreno de los movimientos sociales bajomedievales. El conflicto social, en tanto fuerza de cambio, permite analizar directamente las imbricadas relaciones entre los actores que participan directa o indirectamente del movimiento social y las estructuras de la formación económico-social en las que se insertan. Se trata de una contribución a la reflexión de carácter interdisciplinario, un diálogo necesario entre sociología e historia, en el que prevalecen conceptos centrales como actores, prácticas sociales, tácticas y estrategias, e ideología, cuyos matices varían de acuerdo a la matriz teórica en la que se insertan. Así, los movimientos campesino, las revueltas urbanas y los movimientos heréticos (entre ellos Fuenteovejuna, los Irmandiños, los Ciompi, los Dolcinitas, las insurrecciones de Siena y Pruggia, el levantamiento campesino inglés de 1381 y los Lolardos, los Husitas, la Jacquerie de 1358, los remensas catalanes, y los herejes de Durango) serán abordados en tanto expresiones diferenciadas de la lucha social en la Edad Media. El análisis comparativo permitirá captar la esencia de cada uno de estos tipos diferenciados de disidencia, y observar las similitudes y diferencias entre ellos a fin de esbozar los rasgos esenciales de las múltiples formas en que se manifiesta el conflicto social en el Occidente europeo a fines de la Edad Media. Desde nuestra perspectiva, el problema de los movimientos heréticos no posee un carácter aislado e individual, sino que debe interpretarse como un fenómeno social que canaliza el descontento de diversas clases-estamentarias con el orden feudal y fundamentalmente con la ideología y la praxis de la Iglesia. Por ello, creemos que la comparación de las diversas manifestaciones de la conflictividad social podría enriquecer el análisis de la cuestión herética, cuya esencia se encuentra en el anticlericalismo. De esta forma, intentaremos delinear algunas perspectivas teórico-metodológicas a partir de las cuales podrían ser abordados estos fenómenos disidentes.