Itinerarios de los símbolos de la nación mexicana en el cine contemporáneo La nación (como artefacto cultural, según Benedict Anderson), se convirtió en el modelo de organización política colectiva, emblemática de los siglos XIX y XX. Sin embargo, sus efectos tienen resonancias aún hoy. Este artefacto cultural: la nación, para hacerse efectiva en los discursos y la práctica se valió de una serie de repertorios simbólicos, pues como destaca el historiador Roger Chartier, el mundo de las ideas, para hacerse efectivo, tiene que prolongarse en el plano de las representaciones, volverse asequibles y comunicables. Siendo así, no es difícil encontrar que en gran medida, los relatos de la nación hallaron una fructífera vía de difusión en el campo de la industria cultural, y entre ellos el de la cinematografía. Construir la nación desde las imágenes cinematográficas fue una práctica común en distintos países. Por lo pronto queremos proponer una reflexión en torno al cine mexicano. Como se sabe el cine mexicano en especial, el de la época de oro, catapultó muchos de los imaginarios que consolidaron el ideal de la nación mexicana, para ello, puso en escena en distintas películas parte del universo simbólico de la nación, es decir: la bandera, el águila, los héroes del panteón histórico, o incluso aquellos espacios designados por el historiador Pierre Nora como los lugares de la memoria (es decir, los espacios históricos emblemáticos). La propuesta reflexiva que queremos compartir, parte de la hipótesis de que en el ámbito de lo simbólico podemos considerar la existencia de símbolos de larga duración (que en este caso son los fundacionales de las nación), que dada su fuerza emblemática son propicios para impugnar su propia naturaleza y cuestionar sus usos tradicionales. Es decir, ¿cuál es la lectura temática y estética del cine mexicano contemporáneo sobre los símbolos de la nación?, ¿los reivindica o los impugna?, ¿cómo vibra en estas imágenes fílmicas el horizonte histórico de nuestro tiempo?, para rastrear el itinerario de estos símbolos de la nación, nos concentramos en cuatro cintas mexicanas: Vivir mata, 2001, de Nicolás Echavarría; El mago, 2004, de Jaime Aparicio; Batalla en el Cielo, 2005, de Carlos Reygadas, y El infierno, 2010 de Luis Estada.