En el año 1999, tres años después de la salida de Jorge Gumier Maier como curador de la galería de Artes Visuales del Centro Cultural Ricardo Rojas (UBA), su nuevo encargado, el artista Alfredo Londaibere, convocó al coleccionista Gustavo Bruzzone a exhibir parte de su patrimonio. Como resultado, en el mes de septiembre inauguró Algunas obras colección Bruzzone. Un recorte del arte de los 90. Si bien el punto final al modelo curatorial del Rojas fue dado casi tres años antes a partir de la escritura y curaduría de El Tao del Arte (Gumier Maier, 1997), otros interrogantes acerca de lo sucedido durante esos años germinaron en el fin de siglo. Al concebir la exposición como dispositivo, su fuerza simbólica en el campo social puede ser medida en diferentes instancias de la esfera pública. sentido, los efectos de la muestra, como así también los de la colección, formaron parte de un eslabón esencial en la sistematización de varios de los discursos encausados en el período. En paralelo a esto, la incrementación de políticas culturales de carácter público por parte de los propios coleccionistas, a partir de la mediatización de algunas de las colecciones privadas más emblemáticas para el escenario actual, significó la transformación del campo artístico local tanto en la diagramación de sus espacios como de sus agentes legitimadores. En este sentido, cuáles son las relaciones posibles a dilucidar en el entramado de sentidos que provee una colección y su proyección en una exposición retrospectiva y cuál es el relato histórico que genera el par en cuestión, son los interrogantes principales que configurarán las ideas a desarrollar en el presente trabajo. Francisco Lemus