Las escuelas de escribas de la Antigua Mesopotamia cumplieron durante milenios un importante papel en los procesos de transmisión y monopolio de los conocimientos por parte del Estado y los grupos sociales privilegiados. El desarrollo de las ciudades-estado, de la burocracia y la invención y la difusión de la escritura tuvieron como correlato en el plano educativo la aparición y la organización de las escuelas destinadas a la formación especializada de los escribas. Este cambio educativo muestra que la escuela no es eterna, no ha existido siempre y su proliferación requiere la existencia de condiciones sociales, económicas y políticas determinadas. Antes de la llamada Revolución Urbana, la transmisión y los inventarios del conocimiento estuvieron asociados con la educación espontánea y difusa propia de las sociedades ancladas en formas arcaicas. A partir de la disolución de las comunidades y el surgimiento de las ciudades-estado, la educación espontánea dio paso a la educación diferenciada, sistemática y organizada por administradores. En Sumer, donde se produjo un notable desarrollo urbano, la ordenación e implementación de la irrigación agrícola, la extensión de vías de comunicación y la conformación de la cultura de escribas, el pasaje de la educación espontánea a la educación sistemática está asociado a la aparición y organización de escuelas de escribas vinculadas a las instituciones templaria y palatina. La lectura y el análisis de la fuente sumeria conocida como “La escuela de los escribas”, difundida por el sumeriólogo S.N.Kramer, nos permite indagar y sumergirnos en el clima cultural y educativo, en las prácticas sociales y en el carácter moral y religioso propios de las escuelas de escribas del Antiguo Sumer. Esta fuente y la bibliografía consultada nos muestran los alcances de la instrucción, el inventario del conocimiento y de la sabiduría transmitida (mito, literatura, astronomía, matemática, liturgia, medicina, etc.), la organización de la escuela, la metodología de la enseñanza y la situación de los maestros y de los estudiantes. En conclusión: sostenemos que en el Antiguo Sumer la escuela de escribas fue un ámbito privilegiado para la reproducción y la resignificación de las formas ancestrales del tradicionalismo mágico-religioso en aras de sostener el andamiaje del Estado.