Los siglos IX y XI registran momentos de fuertes controversias sobre el modo de explicar la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Causa de esto es el cambio que se va dando en el contexto cultural de las comunidades cristianas. En el siglo IX la controversia entre los monjes Pascasio Radberto y Ratramno de Corbie contiene la eterna tensión entre realidad y símbolo presente ya en la teología de los Padres de la Iglesia pero que, en este tiempo, se presentan exageradamente sistematizadas. En el siglo XI reaparece la polémica en torno a la discusión entre figura y Veritas sobre la presencia de Cristo en el pan y en el vino. Los protagonistas de esta nueva polémica son Berengario de Tours y Lanfranco de Pavía. Esta nueva controversia provocó una gran reacción en la Iglesia, tanto en el Magisterio como entre los fieles, y condicionó fuertemente la doctrina y la espiritualidad eucarística de los siglos siguientes. Las controversias del siglo XI estimularon a que los teólogos escolásticos, a lo largo de los siglos XII y XIII, reflexionaran sobre el misterio eucarístico tratando de conjugar el realismo con el simbolismo. Es innegable la relevancia de las categorías aristotélicas “sustancia” y “accidente” recientemente incorporadas que ya se conocían de antes y que posibilita la formulación de la doctrina de la transubstanciación. La visión “sacramental” de santo Tomás de Aquino abarca a la vez el lenguaje simbólico, lleno de significación, y el de eficacia de la presencia real. La presencia de Cristo es real, aunque sacramental. Este momento de reflexión y elaboración doctrinal implica un paso más en la conformación del culto litúrgico a la sagrada Eucaristía, en tensión con otros aspectos también notables, como lo son la celebración y la comunión sacramental. En este ambiente de controversia, de investigación y esclarecimiento de la fe eucarística surge en Europa la fiesta litúrgica del Corpus Christi y las procesiones eucarísticas, sea como confesión de fe eucarística, como reafirmación de la doctrina de la presencia real y sacramental de Cristo en las especies del pan y el vino consagrados.