El lenguaje iconográfico no es patrimonio de la Edad Media para la comunicación de todo tipo de ideas, pero, heredera cultural del pasado helenístico y romano, tomó muchos de sus modelos y luego los ha desarrollado en una resolución plástica propia, reasignándole valores. La cultura medieval, amén de bibliográfica, no se basó solamente en la escritura como la Modernidad para su devenir. Ha usado en todos los ámbitos a la imagen, cargándola de espesor religioso, pero aún más de un profundo valor político, aún en iconografía de pretendido origen devocional. Es conocido por todos que la imagen ha sido la Biblia Pauperum durante el Medioevo y como en la actualidad, el mensaje iconográfico conlleva un sustrato subliminal de mayor o menos impacto en su lectura. Muchas de las significaciones se han perdido por carecer hoy de la relevancia que tuvo en su momento, pero otras, se agigantan a la luz de los hechos acaecidos y las sucesivas coyunturas habidas o procesos político culturales medievales. Este aspecto politizador provenientes del espacio religioso o civil, impregnó ampliamente los más de mil años de transcurso medieval en una tensión dinámica que generó un amplio y rico panorama pictórico. Durante el período estudiado, mensajes políticos fueron revestidos de religioso como asimismo imágenes religiosas fueron investidas de carga política para dar realce al mensaje ideológico y cultural. Considerar, por ejemplo, a una imagen del Pantócrator como una mera especulación devocional, es tan equivocado e incompleto como pensar que es casual que un Basileus Bizantino use ropajes y atributos cargados de simbología religiosa para promocionar su poder universal. Algunas imágenes en sus diversos soportes son altamente significativas y de fácil lectura, pero muchísimas otras, alambicadas elucubraciones que encriptan profundos mensajes indescifrables para el común, pero no para el receptor elegido del mismo. Este trabajo pretende analizar algunos de sus ejemplos más renombrados, como modelización posible y facilitador en la tarea didáctica para la enseñanza de la Historia a todo nivel y apreciación del legado artístico medieval. Se trabajará con imágenes de diversas procedencias, soportes en su realización y de variado rango histórico y geográfico o comitente dentro de la Edad Media, aunque siguiendo los patrones medievales de interpretación de formas y colores, para no caer en el vértigo de “ver” lo medieval con ojos contemporáneos.