El vínculo entre el peronismo y el mundo del espectáculo fue forjado tempranamente, desde el arribo de Juan Perón a la Secretaría de Trabajo y Previsión en 1943. Desde Allí, éste se dedicó a entablar una relación fluida con las figuras que las capas medias y los sectores populares seguían a través de los medios artísticos y de entretenimiento. Con la llegada del gobierno democrático en junio de 1946, este lazo entre Perón y los artistas se integró sistemáticamente a su proyecto cultural. En el marco de las políticas culturales, el peronismo consideró como agentes culturales de su gobierno a una cantidad de figuras populares, quienes contaban con amplias trayectorias forjadas en la radio, el teatro profesional-comercial y el cine. En 1950, a partir de la gestión de Eva Perón se creo el “Ateneo Cultural Eva Perón”, organismo que se proponía en el marco del campo artístico conformar un nuevo polo de militancia femenina. Esta formación que contó con la presencia de la actriz Fanny Navarro en la presidencia y nucleó a numerosas y conocidas actrices, tuvo como intención realizar obras que beneficiaran directamente a la colectividad artística, a la vez que profundizar los lazos entre el arte y el pueblo. Asimismo, se trató de concretar un núcleo de militancia en el marco de un campo artístico que se encontraba polarizado –al igual que la sociedad- entre quienes adherían al peronismo y aquellos que se ubicaban en la oposición. En efecto, si bien el “Ateneo Cultural Eva Perón” se proponía ser un órgano cultural dentro del ambiente artístico, en la práctica se ajustó más a un ente difusor del ideario peronista dentro de ese espacio dividido, con el claro objetivo de ganar un mejor posicionamiento dentro del mismo. Es nuestro propósito analizar la experiencia del “Ateneo Cultural Eva Perón” como formación militante dentro del ámbito de la cultura popular, considerando los vínculos que el peronismo forjó con ésta durante el periodo a través de su proyecto político. Además, -y a partir de lo mencionado anteriormente- nos interesa reflexionar en torno a las relaciones entabladas entre arte y política durante el primero peronismo; y comparar la militancia concebida dentro del “Ateneo Cultural Eva Perón” con las experiencias de militancia femenina conformadas por esos años.