En el mapa que intenta reconstruir una trayectoria intelectual, ciertos conceptos hacen las veces de encrucijada, de punto de encuentro entre los diferentes derroteros de una reflexión. Al acercarnos a ellos, podemos advertirlos como espacios de coagulación y deslizamiento en los que ciertos sentidos se anudan y otros nuevos comienzan a emerger. En el escenario del campo intelectual argentino de la primera mitad del siglo XX, la figura de José Luís Romero, permite pensar estos contactos entre una determinada noción y un itinerario intelectual. En efecto, la noción de crisis, y más específicamente la de crisis cultural o crisis de la cultura, puede pensarse como un núcleo articulador, que, a través de los sentidos adquiridos al interior de la reflexión romeriana, refleja las transformaciones de un campo intelectual en el que las humanidades y las ciencias sociales comienzan a disputar su objeto y sus métodos. En efecto, creemos que, la noción de crisis cultural, a la vez que lo ubica en el curso de una tradición al interior del campo intelectual argentino, permite apreciar como Romero tuerce la inercia de ese pensamiento. Para advertir este movimiento propondremos una lectura que distinga dos planos en el sentido que Romero le adjudica a la noción de crisis: uno de carácter axiológico, que lo ubica en la estela trazada por el arco liberal del campo intelectual; otro de carácter técnico y teórico que piensa la crisis como una categoría de análisis histórico objetivo y que le permite definir una posición propia al interior del campo. Para atender a estos contactos, en lo que sigue tomaremos en cuenta el lugar que la categoría de crisis ocupa tanto al interior de la teoría de la historia que Romero construye a lo largo de los años, como en la relectura de la historia argentina realizada a partir de esa teoría.