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Modelos de organización y liderazgo en las comunidades paulinas
Jurado y Rocio Soledad.
XIV Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, 2013.
  Dirección estable:  https://www.aacademica.org/000-010/61
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Resumen
Shaul ha-Tarsi, Pablo de Tarso, o simplemente San Pablo (c.10 – 67), fue, después de Jesús de Nazaret, la figura más importante del cristianismo del primer siglo. Este judío helenizado, ferviente propagador del mensaje de Jesús, fue el fundador de numerosas comunidades cristianas, cuyo sello distintivo fue la pluralidad. Aunque no sabemos cómo funcionaban exactamente las comunidades paulinas, podemos hacer una reconstrucción aproximada de ellas a través de la información proporcionada por las epístolas atribuidas al apóstol. Enmarcadas en un entorno hostil, y conformadas por creyentes de diferentes extracciones socio-económicas, étnicas y religiosas, las comunidades paulinas atravesaron muchos momentos de tensión, en los que el peligro de disolución siempre estaba presente. No es extraño, entonces, que la organización y el ejercicio adecuado del liderazgo hayan estado entre las principales preocupaciones de Pablo y sus colaboradores cercanos. Las comunidades paulinas, pues, se procuraron una organización propia que les daba cohesión e identidad, pero que, al mismo tiempo, provenía de modelos ya conocidos y aceptados por los creyentes. Así, los diversos tipos de liderazgo eclesial derivan de dos grandes influencias: por un lado, la organización característica de las sinagogas de la Diáspora, de la que provienen los presbíteros o ancianos; y por otro lado, la estructura administrativa de las polis, de las que derivan los obispos y diáconos. No obstante, estas tradiciones organizativas, de indudable cuño patriarcal, tuvieron que enfrentarse al hecho de que muchos de los miembros de las comunidades paulinas (principalmente, aquellos postergados de la sociedad, como las mujeres y los esclavos) abogaban por un igualitarismo radical, llevando a sus últimas consecuencias la fórmula bautismal de Pablo: Todos los que fuisteis bautizados en Cristo/ de Cristo os habéis revestido./No hay judío ni griego; /no hay esclavo ni libre; /no hay hombre ni mujer;/porque todos sois uno en Cristo Jesús. Pero, tal como lo demuestran las epístolas deuteropaulinas y las epístolas pastorales atribuídas a otros apóstoles, la organización de tipo patriarcal terminará prevaleciendo por sobre las corrientes más libertarias; así, los diversos ministerios eclesiales tenderán a confluir en una sola figura, que tendrá una capital importancia en los siglos venideros: el obispo. En este trabajo, intentaremos caracterizar el origen y el funcionamiento de los diversos tipos de liderazgo presentes en las comunidades paulinas, así como en el desafío que representaron las corrientes que proponían un igualitarismo radical.
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