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Nación, género y revolución: la masculinidad revolucionaria y la persecución de maricones en la Cuba sesentista
Matías Alderete.
XIV Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, 2013.
Resumen
Miles de homosexuales han emigrado hacia Estados Unidos y otras naciones capitalistas desde el inicio de la revolución socialista en Cuba en 1959. Este éxodo es interpretado como la principal consecuencia de la naturaleza homofóbica del gobierno de Fidel Castro, que llevo a cabo políticas represivas. Este tipo de afirmaciones, sin embargo, no tiene ningún poder explicativo. Por este motivo, el objetivo principal del trabajo es delinear algunas ideas y líneas interpretativas para comprender, por un lado, el accionar que el gobierno socialista cubano tiene con los homosexuales durante la década de 1960; pero específicamente se analizará como la Revolución Cubana instaura y refunda un nuevo ideal masculino, que llamaremos \\\"masculinidad revolucionaria\\\". En éste sentido, es necesario profundizar sobre un tema que la historiografía tradicional ha ignorado sistemáticamente para comprender, de manera cabal, el proceso revolucionario cubano. Creemos necesario analizar la representación de la masculinidad durante los años posteriores a la Revolución cubana, para entender los motivos de la estigmatización y persecución política de los homosexuales. En este sentido, es necesario realizar un análisis diacrónico y comprender como la Revolución cubana establece una ruptura en las prácticas no solo sociales y económicas con el gobierno de Batista, sino también impone nuevos parámetros de masculinidad y sexualidad. Surge entonces una nueva imagen de masculinidad, que se encuentra estrechamente relacionada con la ideología y práctica política. Esto lo denominamos masculinidad revolucionaria, una condición que aglutina, en una especie de confraternidad, a los sujetos hombres heterosexuales y comunistas. Durante estos años, la masculinidad revolucionaria se vuelve la norma, y aquel que demostrará estar por fuera de esta comunidad de hombres revolucionarios sería considerado no solo un homosexual, sino un traidor y un enemigo del nuevo orden socialista. La tesis que sostenemos es que la masculinidad revolucionaria es una identidad de sexo-género, si lo entendemos como Judith Butler lo hace, como una construcción social y cultural performativa, en donde hay una fuerte imposibilidad de pensar más allá de lo masculino/femenino debido la estabilización del aquel dentro de la matriz heterosexual en nuestras sociedades. El género no se encuentra determinado por la sexualidad, que no es sino otro de los factores, junto las prácticas sociales, políticas y culturales, que conforman a aquel, que se ponen en juego continuamente. Por otro lado, también intentaremos proponer el giro performativo como categoría necesaria para abordar las identidades sexo-genéricas desde la Historia Social.
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