En el contexto del Buenos Aires del entresiglo jalonado por la inserción de la masa inmigratoria en las estructuras de la sociedad argentina en transformación, se refuerza la visibilidad de los espacios de ayuda mutua y sociabilidad construidos por las distintas colectividades. Los llamados \"centros sociales\", desde los más notorios y concurridos, pertenecientes a las corrientes migratorias masivas como la española y la italiana, hasta los de presencia más reducida en el país -como ingleses, suizos, alemanes y austro - húngaros -llevarían a cabo una prolífica y entusiasta actividad festiva y teatral involucrando no solamente a sus socios y adherentes oficiales europeos, sino a un creciente número de argentinos. La concurrencia y participación en el sinnúmero de veladas danzantes, musicales, literarias, recitales, conferencias, recepción de personalidades extranjeras y espectáculos parateatrales ofrecidos por sus propios cuadros de aficionados, significaría no solamente un aporte a la cultura e identidad de la naciente clase media, primera generación argentina hija de aquellos inmigrantes, sino la consolidación de los vínculos con los acontecimientos del viejo continente, reflejados en las actividades institucionales de los centros. Tras las actividades recreativas y culturales se pueden detectar dimensiones económicas y políticas, traducidas en el desarrollo de numerosas campañas de recaudación de fondos destinados a distintas causas europeas, desde ayuda a víctimas de catástrofes hasta auxilios a heridos de ejércitos europeos en conflictos bélicos, promovidas por las comisiones directivas de los centros en Buenos Aires. El movimiento económico generado por el desenvolvimiento de los centros sociales, derivarla en un crecimiento societario y edilicio que los situaría como empleadores y propietarios de inmuebles en la urbe porteña de fines del siglo XIX y principios del XX, multiplicándose asì los vínculos con la sociedad. Aquellos centros sociales fundados por la inmigración, inspirarían a muchos de sus miembros y adherentes a formar otros, que enfatizarán ya no la ascendencia común sino el gusto compartido por el ejercicio de una múltiple gama de actividades: surgirán entre otros muchos, círculos de aficionados al ciclismo, a la lectura, al excursionismo, a la jardinería, a la ejecución de determinados instrumentos musicales, generando también una multiplicidad de vínculos y relaciones sociales. El presente trabajo pretende un aproximación a las dimensiones sociopolìticas, culturales y económicas que atravesaban la interacción entre aquellas instituciones y la sociedad porteña finisecular, enfatizando el caso del Salón del Príncipe Jorge, fundado por la colectividad inglesa, considerando la consolidación de la clase media en el marco del proyecto modernizador de la elite argentina de la època