El presente trabajo trata de enmarcarse dentro de la problemática de los estudios que engloba el campo de la Alteridad o de los “Otros” con mayúsculas. Uno de los escenarios donde esas relaciones se despliegan a menudo, es a través de la situación histórico - social que se genera con la Impronta Colonial. De ella se desprende cotidianamente una escena característica entre colonizador y colonizado o blanco/ negro/ u otros/sujetos desplazados muchas veces de su condición de humanidad, hacia una alteridad de irreductibles diferencias, que imposibilitaría el ingreso a un mundo demasiado occidental, demasiado blanco. Mi análisis se centrará en el libro de Frantz Fanon “Piel Negra, Máscaras Blancas” como testimonio y exposición de un tipo de pensamiento emergente y auténticamente radical. Fanon se nos representa como el proveedor de un tipo de verdad transgresiva y transicional. Su análisis tematiza la ambivalencia entre raza y sexualidad, fuera de la irresuelta contradicción entre cultura y clase, denunciando la imposición ideológico – cultural del mundo occidental y blanco. La alienación corriente de sujetos coloniales (blanco/negro, Yo/Otro.) y su identidad racial es cuestionada, en la medida que se descubre, que estas autoridades discursivas están basadas en mitos irracionales sobre la negritud y el prejuicio de color, difundidos e introyectados estos, a través de una supremacía material, cultural y científica del mundo occidental y blanco. Sus vivencias personales de Evolué, ponen en el límite trágico la imposibilidad de comunión o encuentro, el sentido dramático y concreto bajo los que se manifiestan la pervivencia de los estereotipos coloniales con los que se juzga y se piensa al Otro. La lucha contra la opresión colonial (de la cuál Fanon es uno de sus representantes más militantemente comprometido) no solo cambió la dirección de la historia occidental, sino que también contribuye al desafío crítico de su idea historicista del tiempo como un todo progresivo y ordenado. La despersonalización que conlleva el estado colonial de emergencia, tendría como consecuencias un alto grado de perturbación en la representación social y psíquica del sujeto humano colonial, es decir, la naturaleza misma de la humanidad se aliena en la condición colonial emergiendo un tipo incapaz de afirmar su voluntad, su yo, como evocación de la libertad. Es decir, que se constituye solo a partir de un interrogante enigmático ¿Qué quiere el hombre negro? O ¿Qué debería querer el hombre negro? Esta pregunta “existencialista” por el Ser, está constituida por una falta originaria, por un proceso traumático diferenciador que representa la situación colonial y el pensamiento ideológico que le dio sustento, justificación e implementación. Son estas implicaciones teóricas las que pretendo analizar en este corto recorrido.