“A mi nadie me preparó para esto”. Así titulaba su ensayo/balance final, escrito luego de transitar las prácticas de enseñanza, un ex alumno de la cátedra Didáctica Especial y Prácticas de la Enseñanza de la Historia (FFyL-UBA). Ahora bien, ¿qué es “esto” a que refiere el título? Esto refiere a enseñar. Y tomando enseñó como equivalente de preparó, podríamos reformularlo así: A mi nadie me enseñó a enseñar. Reformulación que habilita a la reflexión a partir de interrogantes iniciales: ¿Qué saberes son necesarios para enseñar historia? ¿El saber disciplinar? ¿El saber de la práctica? Por supuesto que la tensión que señalan estos interrogantes no es nueva. Por el contrario forman parte de la matriz originaria de la formación profesoral, atravesada desde su origen por la tradición académica: “Lo esencial en la formación es que conozcan sólidamente la materia que enseñan. La formación pedagógica es débil, superficial e innecesaria y aún obstaculiza la formación de los docentes”. Sin embargo, dicha tensión no ha sido resuelta. Más aún, frente a los desafíos actuales que demandan nuevas formas de hacer historia y nuevos contenidos para la enseñanza, nos encontramos también con el imperativo de hallar nuevas formas de enseñar historia. En esta ponencia, antes que en las nuevas formas interesa detenernos en la cuestión acerca del enseñar historia, y más específicamente en los saberes necesarios para enseñar a enseñar historia, considerando que son cuestiones que no pueden desvincularse. Tomando como punto de partida que saber historia no es suficiente para enseñar historia y menos aún para enseñar la enseñanza de la historia, interesa abordar aquí no sólo la cuestión de los saberes necesarios para formar a los profesores de historia hoy, sino avanzar y dar una vuelta más sobre el interrogante inicial problematizando la cuestión acerca de la formación de los profesores de historia como formadores docentes. Dicho de otro modo, interesa en particular identificar qué saberes configuran las prácticas del profesor/formador docente en enseñanza de la historia a diferencia del profesor de historia “a secas”. Algunos interrogantes que orientarán esta presentación serán ¿qué saberes son necesarios saber para enseñar a enseñar historia? ¿Cómo construyen esos saberes los profesores/formadores docentes? ¿Qué lugar ocupa la reflexión y la construcción del saber acerca de la enseñanza en la formación inicial? ¿De qué modo lo favorece u obstaculiza? Algunas dimensiones que cruzarán el análisis serán: el lugar de los saberes acerca de la enseñanza en la formación de profesores de historia; las trayectorias de formación de los formadores de docentes de enseñanza de la historia; las tradiciones y tensiones en la formación docente de profesores del nivel medio y superior; entre otros.