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La monarquía Castellana frente a la muerte de Isabel la Católica
BAEZ y ADRIANA DEL VALLE.
XIV Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, 2013.
Resumen
La Reina Isabel murió el 26 de Noviembre de 1504, lo hizo en el palacio de la Mota, doblegada por la cuartana, aunque se le sumaron otras circunstancias que además habían debilitado su carácter; como la depresión tras la pérdida de su amado hijo Juan, de su hija Isabel y de su nieto Miguel, herederos sucesivamente de la Corona castellana. En su lecho de muerte, dictó su testamento ante el notario Gaspar de Gorizio y otros consejeros, en el cual expresaba de modo ordenado cual debía ser el destino del Reino, los preparativos sobre su funeral, las misas que se le rezarían y numerosas donaciones, principalmente a sus criados. Indudablemente su muerte tuvo un significado histórico importante, pues con ella culminaba el ciclo de unificación y expansión del Reino de Castilla y León. En torno a la misma se sucedieron, como ya era habitual, un inusitado juego de poderes para definir el destino del Reino. ¿Quién sería su sucesor? Sería Fernando, o tal vez su yerno Felipe; pero de seguro quien nunca gobernaría sería su hija Juana. Más allá del ceremonial funerario, el presente trabajo se propone analizar los conflictos políticos que se pusieron de manifiesto con la muerte de Isabel, tanto en el Reino como en su misma casa. Para ello, se consultarán diversas crónicas sobre los Reyes Católicos (Bernáldez, Pulgar, Zurita, etc.), El libro de Cuentas de Gonzalo de Baeza y por supuesto el Testamento y Codicilo de la Reina Católica.
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